En la publicación pasada hablamos de la primera Ópera que se conoce como la “Fabula de Orfeo”; pero no hemos de hablar de ópera cronológicamente ya que, con el paso de los años he aprendido que la ópera debe disfrutarse y que uno aprende a amarla y entenderla cuando se halla en ella una temática interésate, por ello he decidido empezar con una Ópera mexicana titulada “Ambrosio” o “La Fabula del mal Amor” del compositor mexicano José Antonio Guzmán Que en su versión definitiva y revisada de 1992 fue estrenada en 2006 en el palacio de Bellas Artes, con la orquesta y compañía de ópera del mismo recinto, la dirección musical de Eduardo García Barrios y en la de escena (el autor de esta ópera) José Antonio Guzmán, en una puesta escénica histórica que evocó las formas antiguas de hacer teatro, con la maravillosa iluminación de Cesar Guerra y un elenco estelar mexicano:
Alfredo Portilla (Ambrosio) Olivia Gorra (Matilde-Esteban) Irasema Terrazas (Inés de Medina) Héctor Sosa (La abadesa) Gabriela Thierry (Flora) Rosa Elvira Sierra (Antonia Dalfa) Rosendo Flores (El demonio) Amelia Sierra (Doña Elvira) Óscar de la Torre (Gabriel-Agorero),
Es una historia que cuenta como un Hombre de Santidad, Mata a su Madre y Viola a su Hermana(a quien también termina Matando). Una historia muy interesante de la que les dejo un resumen:
La ópera empieza con Ambrosio, prior del convento, que predica contra los siete pecados capitales. La joven Antonia y su madre, doña Elvira, reaccionan con admiración ante el fraile y sus hermosas palabras.
Durante el día de confesión la novicia Inés de Medina revela a Ambrosio que está embarazada y pide compasión, sin embargo Ambrosio la delata ante la Abadesa, quien la manda recluir en los calabozos de la cripta. Inés maldice a Ambrosio por su impiedad.
Después un fraile confiesa a Ambrosio ser una dama enamorada de él, pero en realidad es Matilde una diablesa al servicio del Demonio. Esta seduce al fraile con éxito.
Ambrosio se hace confesor de doña Elvira, a la cual una enfermedad le impide salir de casa. Flora, nodriza de Antonia, advierte que las visitas del fraile no son bien intencionadas y durante una de sus visitas Ambrosio hace que Antonia hable de su intimidad, ella le confiesa amar a Dios y desconocer otras pasiones en ese instante un arrebato de pasión del fraile es interrumpido por doña Elvira sin que éste se revele.
Antonia y su madre explican que vuelven a México a buscar a un hijo que doña Elvira había dejado al cuidado de un tutor. Flora descubre las intenciones de Ambrosio, pone al tanto a doña Elvira y ésta decide suspender las visitas del fraile.
Matilde la diablesa ofrece a Ambrosio todos sus artificios para que éste satisfaga su pasión. Preso del deseo, el fraile accede y entra en casa de Antonia a medianoche; protegido por sombras y zopilotes y antes que pueda poseer a la joven, doña Elvira lo sorprende y clama auxilio. Ambrosio la mata y huye. Al despertar Antonia y Flora y ver el cadáver, atribuyen su muerte a la enfermedad. Flora le ofrece una pócima preparada en secreto por los espíritus malignos y Antonia se desploma en un trance de catalepsia y en una procesión luctuosa doña Elvira y Antonia son llevadas a sepultar en una cripta. A la noche Ambrosio y Matilde entran en la cripta. Antonia vuelve en sí y se le explica cómo el fraile le dio una bebida que la ha hecho pasar por muerta. La joven reacciona, pero vuelve a caer desmayada y Ambrosio la viola cumpliendo su deseo carnal.
mientras que en otra sección de este subterráneo está Inés de Medina con su hijo ya muerto.
Lorenzo, hermano de Inés, ha descubierto su paradero y entra en la cripta para liberarla. Ella primero, y luego un coro de cadáveres y espectros, convencen a Lorenzo de que Ambrosio es un hipócrita y la Abadesa, una criminal.
En la Inquisición se analiza la muerte de la Abadesa a manos de una muchedumbre enfurecida. Llegan los hermanos de Inés de Medina y denuncian a Ambrosio. Los inquisidores se dirigen a la cripta para verificar la denuncia.
Matilde previene a Ambrosio del peligro, debido a las voces y súplicas de Antonia, Ambrosio sigue el consejo de la diablesa y acuchilla a la joven. Ante la inminente llegada de los inquisidores, el fraile ofrece su alma al Demonio a cambio de salvarse de la tortura. Los dos salen volando de la cripta.
Desde una torre de la Catedral, el Demonio, Matilde y Ambrosio presencian el Auto de Fe en el que ellos mismos son quemados en efigie. Ambrosio es informado de que doña Elvira era su madre y Antonia, su hermana.
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