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miércoles, 20 de abril de 2011

"La Bohéme" tercer acto

Tras un tiempo juntos, llega el momento de la desesperación para Rodolfo y Mimì. Mimì acude a una taberna donde se hospedan Musetta y Marcello, a las afueras de París, para hablar con el pintor y comentarle la situación por la que pasa la relación . Su preocupación está en que siente que Rodolfo la huye y “se destruye por los celos” y que su carácter se ha agriado hasta el punto de gritarle a cada instante que “ya no es para ella, que se busque otro amante”.

Marcello le habla de que su relación con Musetta es diferente porque ambos viven en libertad (y que luego se demuestra que no es así) y le dice que lo despertará para hablar con él. Una vez que se encuentran ambos amigos, Rodolfo le dice que ha dejado de querer (“Marcello, finalmente! Qui niun ci sente. Io voglio separarmi da Mimì”) a Mimì y Marcello le acaba preguntando si es celoso a lo cual, Rodolfo lo admite pero de forma muy poco sincera.


Al final, acaba reconociendo su verdadera pena: Mimì está muy enferma y siente que él es el culpable del mal que la mata (... me, cagion del fatale male que l’uccide”) y preocupado porque sabe que el amor no basta para salvarla. Mimì, que estaba escuchando las frases de Rodolfo, sale del escondite para reunirse con él y ambos inician un dúo en el que, primeramente Mimì se despide (“Donde lieta uscí al tuo grido d’amore”) de Rodolfo para luego acabar juntos cantando ese final “Ci lascerem alla stagion dei fior” incapaces, de separarse en un momento tan duro (ya deja entrever ese cuarto acto)



Así termina el tercer acto y les recomiendo buscar pañuelos desechables para la próxima entrega y último acto de ¡La Bohéme”

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